La
reacción al estrés inicia en el cerebro. Al enfrentar una situación de peligro,
los ojos y los oídos envían la información a la amígdala, el área del cerebro
que procesa emociones. La amígdala interpreta las imágenes y los sonidos, si
percibe una amenaza, inmediatamente envía una señal de peligro al hipotálamo.
El
hipotálamo funciona como un centro de comando en el cerebro. Se comunica con el
resto del cuerpo mediante el sistema nervioso autónomo, el cual controla las
funciones involuntarias como la respiración, la presión arterial, la dilatación
o contracción de importantes vasos sanguíneos y los bronquios.
El
sistema nervioso autónomo tiene dos componentes: el sistema nervioso simpático
y el sistema nervioso parasimpático. El primero activa la reacción de lucha o
huida, dándole la energía al cuerpo para enfrentar al peligro. El sistema
nervioso parasimpático calma al cuerpo una vez que la amenaza haya terminado.
Después
de que la amígdala haya enviado la señal de alerta, el hipotálamo activa el
sistema nervioso simpático por medio de señales a través de los nervios
autónomos a las glándulas suprarrenales. Estas glándulas responden liberando la
hormona de epinefrina (adrenalina) al torrente sanguíneo. Como resultado, el
corazón late más rápido de lo normal, llevando sangre a los músculos, corazón y
otros órganos vitales. Pequeñas vías aéreas en los pulmones se abren más para
obtener mayores cantidades de oxígeno con cada respiración. El oxigeno
adicional se va al cerebro, aumentando el estado de alerta. La vista, el oído y
otros sentidos se agudizan. Al mismo tiempo, la epinefrina provoca la
liberación de azúcar en la sangre (glucosa) y las grasas de los sitios de
almacenamiento temporal en el cuerpo. Estos nutrientes se dirigen al torrente
sanguíneo que da energía a todo el cuerpo.
Todo
este proceso se lleva a cabo extremadamente rápido y eficazmente. La amígdala y
el hipotálamo lo inician incluso antes de que se pueda procesar por completo lo
que está sucediendo.
A
medida que el aumento de epinefrina disminuye, el hipotálamo activa la segunda
parte de respuesta al estrés: el eje HHA (Hipotalámico-Hipofisario-Adrenal).
Este está conformado por una red formada por el hipotálamo, la hipófisis y las
glándulas suprarrenales.
El
eje HHA se basa en una serie de señales hormonales para mantener al sistema
nervioso simpático activo. Si el cerebro continua percibiendo peligro, el
hipotálamo libera la hormona corticotropina. Esta viaja a la hipófisis (o
glándula pituitaria) y provoca la liberación de la hormona
adrenocorticotrópica. Esta hormona se dirige a las glándulas suprarrenales y se
libera cortisol. De esta manera, el cuerpo se mantiene acelerado y en alerta
máxima. Cuando la amenaza termina, los niveles de cortisol descienden y el
sistema nervioso parasimpático amortigua la respuesta al estrés.
Fuentes
American
Medical Association . Endocrine System. [ONLINE]
Disponible en: http://www.ama-assn.org//ama/pub/physician-resources/patient-education-materials/atlas-of-human-body/endocrine-system.page.
[Recuperado 30 Enero 2014].
Dra.
Isabel Pavón de Paz . Hipófisis. [ONLINE] Disponible en: http://www.seen.es/docs/publico/enfermedades/hipofisis/hipofisis.pdf.
[Recuperado 30 Enero 2014].
Harvard Health Publications (2011). Understanding
the stress response. [ONLINE]
Disponible en:
http://www.health.harvard.edu/newsletters/Harvard_Mental_Health_Letter/2011/March/understanding-the-stress-response.
[Recuperado 30 Enero 2014].
Medline
Plus (2011). Glándulas Suprarrenales. [ONLINE] Disponible en:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002219.htm. [Recuperado
30 Enero 2014].
No hay comentarios.:
Publicar un comentario